En las últimas décadas hemos experimentado notables avances en elámbito de la Sexología. Se han multiplicado los estudios einvestigaciones así como las publicaciones de carácter científico. Han visto la luz nuevas estrategias educativas y de asesoramiento, se haincrementado el número de estrategias diagnósticas (por ejemplo, enlos 5 últimos años han sido publicados más de 30 cuestionariosrelacionados con las disfunciones sexuales) e innovadoras herramientas terapéuticas. Todo ello implica un mejor manejo de la Sexología y laSalud Sexual pero siguen haciendo falta más instrumentos y sobre todoconsensos, acuerdos, algoritmos y demás sinergias entre profesionalesdel campo que permitan unificar criterios para dar una mejor respuesta a la prevención y promoción de la salud sexual, y por ende a lacalidad de vida.