Diez relatos en los que la música, elingenio y el lirismo toman el mando para generar atmósferas oníricasque dejarán en el lector una sensación similar a la de los cuentos deEloy Tizón o Clarice Lispector. «Toqué la sonata mástriste de mi vida, de un tirón, girando las páginas de la partituracon desgana, con los dedos manchados de sangre, pensando en una cabeza rota, maltratada por el arte, asesinada por el arte, descuartizadapor el arte.» La matemática de la música y la matemática de la vida arrojan el resultado sonoro que registra La acústica delos iglús, primer libro de relatos de Almudena Sánchez. Una madre a la deriva por carreteras secundarias con sus dos hijos en elasiento de atrás; dos ancianos en un teleférico cumpliendo su últimosueño; una esmerada estudiante en paro que acaba trabajando comoastronauta; y muchas, muchas adolescentes que se pelean entre ellas,aprenden a tocar instrumentos o se enamoran de nadadores recorren laspáginas cordiales y alucinadas de esta antología. Si acaso esposible la quimera de una adolescencia adulta, de una madurez jovial,los relatos de Almudena Sánchez apostarían todo a esa ensoñación, pues en ellos encontramos la mirada única de una narradora que templa elestilo para poner del revés la trama mágica del mundo. La acústica de los iglús de Almudena Sánchez es el quinto título que el autor Alberto Olmos, editor invitado de Caballo de Troya durante2016, trae a su colección «El caballo de Alberto».