El cine viene marcando el destino sentimental de la humanidad desdeaquel 28 de diciembre de 1895, en París, cuando los hermanos Lumièreproyectaron tres películas en el Salon indien du Grand Café, en elnúmero 14 del Boulevard des Capucines: «Salida de la fábrica Lumière», «Llegada de un tren a la estación de la Ciotat» y «El regadorregado». A partir de entonces, la sala oscura ha venido ofreciendo unmar de emociones y una puerta a la fantasía, abierta de par en par amundos ajenos, en mitad de la cotidianidad.