Beba quiere que la esquilen, como a las ovejas mayores, pero ellatiene que esperar, as¡ que, hasta que llegue el momento, se va deexcursi¢n. Por el camino tropieza con un mont¢n de animales que lepiden un poquito de lana, pero cuanto m s le piden, m s presumida sevuelve. ¿Compartir sus rizos con los dem s? Nunca! Total, que la lana crece y crece, y entonces...Un po‚tico y divertido cuento que nos recuerda que compartir enriquece el propio coraz¢n.