Carta Lunar es ya el cuarto y esperado poemario de M¦ Jes£s SolerArteaga (Sevilla, 1977) y, hasta el momento, el m s maduro de suproducci¢n. Profesora de lengua y literatura e investigadora en laUniversidad de Sevilla, sus versos configuran una l¡rica cuidada yfresca, lejos de efectismos vanguardistas, que se ha ido consolidandoen cada entrega y ganando en intensidad y hondura hasta convertirse en una referencia de la poes¡a actual.Si Las horas muertas, su obra anterior, finalizaba con un bloque depoemas dedicados a la noche, la evoluci¢n de su po‚tica le ha llevadoa explorar en Carta lunar una geograf¡a ¡ntima y nocturna,selenograf¡a cabr¡a decir, en la que la influencia de la luna en susdistintas fases deja claramente su huella en el paisaje y lospersonajes que la conforman. As¡, las secuencias cercanas al cine enblanco y negro, las calles oscuras y solitarias, los sue¤os, los focos de escenario y las fiestas de champagne y melancol¡a propias de Scott Fitzgerald, se alternan con la expectaci¢n ante la cita, la caricia y los versos escritos de madrugada. Los diversos avatares de la autoradesfilan por estos decorados cambiantes como protagonistas o comoobservadores implacables de la naturaleza humana (Aquellos queobservan tienen la suerte / y el raro privilegio de otorgar / un papel secundario en este corto / a quien se preparaba para protagonista)mostr ndonos la decepci¢n y el enga¤o caracter¡sticos de la noche,pero tambi‚n la esperanza de saber que todo se renueva, todo cambia yse ve bajo una luz distinta con cada fase del ciclo lunar (En el cielo se insinuaba la luna llena, / como una promesa de bondades derramadas / sobre su frente, que esperaba el plenilunio / como respuesta atodas sus plegarias).La b£squeda constante de im genes y situaciones cotidianas y on¡ricasdemuestran que la escritura de M¦ Jes£s Soler Arteaga ha alcanzado enCarta Lunar pleno dominio de un rico imaginario po‚tico cuyas fuerzasgravitacionales son el amor, la soledad, la reflexi¢n y la esperanza,estableciendo un di logo continuo con el lector (Cuidar‚ la caligraf¡a / porque quiz s alguien leer / ese pedazo de papel sabiendo / lo que duele inmolarse diariamente / en la sesi¢n continua), que sin dudaacabar sinti‚ndose protagonista de muchos de sus versos.