TANGER, 1980Rodrigo Rey RosaComo escribe Juan Manuel Villalobos en el pr¢logo, la ciudad que unodescubre a su llegada es uno, porque el verdadero encuentro de cadauno de los once escritores que narran su primer arribo a ese lugardesconocido, es, por sobre todas las cosas, con ellos mismos, con loque fueron alguna vez, con lo que dejaron de ser, para fundirse yfundarse, como una ciudad, de nuevo.BERLIN, 2007Guillelrmo FadanelliEl resultado son estas once cr¢nicas, tan diversas como los autores yciudades que las componen, en las que el lector encontrar una miradafundacional a cada una de las urbes que acogieron a los escritoresdurante periodos variados. Algunos de ellos se toparon con barrerasling¡sticas infranqueables, culturas hostiles e indiferentes,revoluciones en ciernes, crisis econ¢micas e intentos de asalto, quehoy narran con la c lida nostalgia de la distancia. En todos loscasos, asistimos al registro de una experiencia fresca, que exig¡apermanecer en todo momento alerta o, en otras palabras, «con la sangre despierta».