«Un baboso cuento de Lawrence.» Con estas palabras el censor prohibi¢terminantemente en 1941 la publicaci¢n de De eso nada! en Espa¤a.Ciertamente en el cuento hay babas, eso es innegable. Por ejemplo, los espumarajos de los toros que mata Cuesta, el torero protagonista, una bestia letal y adorable. Su encontronazo con Ethel Cane, una ricaamericana coleccionista de objetos y sensaciones, tambi‚n har correrr¡os de saliva en un M‚xico envuelto en la violencia revolucionaria.A£n a¤os despu‚s, un mexicano exiliado en Venecia revive obsesivamente el suceso al avistar a Cuesta chapoteando su gordura y decadencia enlas aguas del Lido, «como una ballena».Escrito en sus £ltimos a¤os, este relato concentra las obsesiones deD.H. Lawrence, su creencia en que «la sangre y la carne siempre sonm s sabias que el intelecto».