Las comunidades cristianas tienen que aprovechar ®el bel‚n onacimiento¯ como oportunidad pastoral de anuncio del Evangelio. Sergu¡a de un bel‚n es ser evangelizador. A visitar el bel‚n van hombresy mujeres que no tienen necesariamente cultura religiosa. Todocomienza ayudando a entender lo que se ve y, a partir de ah¡, dar laoportunidad de asomarnos al misterio que no se ve, pero nos puedeasombrar, interrogar y atraer.
Los destinatarios de cuanto sigue son los presb¡teros, los catequistas, los padres ymadres en su hogar, los que en las parroquias acogen y gu¡an a losvisitantes.