Durante la llamada Belle Époque, París se convirtió en el centrocultural del mundo. Un período en el que la relativa paz, los avancescientíficos, tecnológicos y las nuevas obras de ingeniería invadían un mundo en el que la ociosa burguesía buscaba salir de su hastío con la celebración de grandes banquetes, fiestas donde corría el champán, ylas mujeres y hombres abrazaban el adulterio sin sonrojo y los grandes acontecimientos mundiales celebraban cada nuevo invento como unacarrera hacia un futuro sin límites a la imaginación.
Parísera una ciudad bulliciosa en la que los artistas estaban agitando lasreglas establecidas, era el período de la Bohemia, de los espectáculos de cabarets, de los grandes viajes a tierras ignotas en búsqueda denuevos paraísos. Un cóctel ideal para crear nuevas formas artísticasque mostraran una visión del mundo nueva y vanguardista. Los llamadosartistas bohemios, desde los pintores callejeros, músicos de taberna o escritores experimentales, buscaban contentar a los espectadoresávidos de un nuevo discurso. Así nacen las vanguardias artísticas quecambiarían nuestra concepción del mundo del arte para siempre.
Shattuck escoge en este libro a cuatro representantes como ejemplo del período, un poeta, Apollinaire; un pintor, HenryRosseau; un músico, Erik Satie, y un escritor, Alfred Jarry, cuyasvidas y su búsqueda de nuevos registros son representantes perfectosde esta época y nos sumerge en este París loco, divertido y creativo,pero también despiadado y exagerado.