Somos esclavos de nuestros automatismos. El cultivo de la presencia es el ant¡doto que permite despertar a la conciencia y acercarse a loesencial. ¿Para qu‚ la Atenci¢n? «Para entender -nos dice Albert Ramsdesde sus 35 a¤os de experiencia en formaci¢n de terapeutas- que somos al menos dos, ego y esencia; y que el Camino es la vuelta a casa, elretorno a la esencia entendida como pureza, como la m xima purezaposible en cada momento, para poner el ego, ahora entendido como don,sustantivo de dar, al servicio del mundo». El estilo psicoterap‚uticode los gestaltistas espa¤oles tiene mucho del acervo de Rams, que pone la sabidur¡a de este libro al servicio de quienes quieren profundizar en el entrenamiento de la escucha objetiva. Las aportaciones deAlbert Rams representan una renovaci¢n de los fundamentos de lapsicoterapia. El despliegue de su creatividad es un muestrario casiinterminable de artefactos: la m£sica -siempre presente-, el silencio, la mitolog¡a, la siembra y cuidado de plant¡os, la meditaci¢n entrela multitud, el no hacer nada, el hacer solamente lo que a uno levenga en gana. Las aceitunas, los n£meros, las puertas, las miradas,el fuego, el tiempo inagotable... Y el cuidado para con susaprendices, apuntando siempre al mismo blanco: Atenci¢n, Atenci¢n,Atenci¢n.