Barthes ubica la escritura en el espacio que se abre entre la lengua(ese repertorio que se hereda y que funciona como una tradici¢n noelegida) y el estilo (los rasgos m s ¡ntimos -im genes, l‚xico-, queprovienen del pasado del escritor y que configuran una mitolog¡asecreta que se le presenta como una imposici¢n casi biol¢gica, comolos automatismos de su arte): precisamente all¡, entre ambos, seinstala la escritura, concebida como la posibilidad de decidir sobreel horizonte discursivo propio, de ejercer una libertad no exenta decondicionamientos pero imprescindible para afirmar cualquier proyectoliterario. La escritura es as¡ el enlace entre la creaci¢n y lasociedad, es la posici¢n que un escritor sostiene y construye enrelaci¢n con la historia y con las convenciones.