Comienza la cuenta atr s. Deja por un momento a un lado la pesadacarga de ese apego a la realidad que tanto te ha costado alcanzar yrecuerda cuando tu primer amor era una sirena, tu mejor amigo uncaballero jedi y nevaba en Sevilla en pleno verano. Cuando laspreocupaciones pod¡an extirparse con anguilas modificadas conQuimicefa, y tus amantes inclu¡an a una pintora que era, literalmente, tu alma gemela, y a un ngel (bueno, un seraf¡n) exiliado del Cielo.Cuando los repartidores de pizzas conspiraban para escribir tubiograf¡a no autorizada, y una vieja grabadora trucada pod¡a servirpara recuperar y extraer sentido de las palabras dichas en unaruptura. Cuando La Muerte recorr¡a la ciudad con una lista de v¡ctimas que, si eras lo suficientemente r pido, pod¡as alterar. Cuando lashormigas aspiraban a alcanzar las estrellas. ¿Lo recuerdas? ¿S¡?Ahora, despierta!