Mediante el sacramento del orden, el presb¡tero se hace part¡cipe deuna misteriosa realidad llamada car cter sacerdotal, que se fija en la persona, configurando una condici¢n ontol¢gica que le acompa¤ar toda la vida. Íntimamente unida a la condici¢n sacerdotal se encuentra elestado clerical, al que se incorpora en el momento de recibir elsacramento del orden, haci‚ndose acreedor de una serie de derechos yobligaciones propios de este estado. Se trata de una realidadjur¡dica, distinta de la condici¢n ontol¢gica llamada car cter, peroque depende de ella. No puede haber cl‚rigo sin recepci¢n v lida delsacramento del orden, pero s¡ ordenados que no pertenezcan al estadoclerical, de tal modo que, aunque el car cter sacramental v lidamenterecibido nunca se anula, la condici¢n jur¡dica clerical puedeperderse. La presente monograf¡a analiza cada uno de los tres modosdeterminantes, seg£n el canon 290 del C¢digo de Derecho Can¢nico, dela p‚rdida el estado clerical: sentencia judicial o decretoadministrativo, en los que se declare la invalidez de la sagradaordenaci¢n; pena de dimisi¢n; y rescripto de la Sede Apost¢lica.