Con su habitual maestr¡a Wilkie Collins vuelve a mantener en vilo laatenci¢n del lector de principio a fin en esta novela donde nada es lo que parece.La narraci¢n arranca present ndonos a la encantadora Emily, unamuchacha hu‚rfana cuyo padre muri¢ cuatro a¤os atr s de formarepentina mientras ella se hallaba lejos de su hogar. Emily acaba determinar su formaci¢n en la escuela de la se¤ora Ladd y est a puntode entrar a trabajar como secretaria para un anciano estudioso queinvestiga antiguos jerogl¡ficos. A partir de ah¡ se desencadenan losacontecimientos, en un v‚rtigo que recuerda las mejores p ginas de Ladama de blanco y La piedra lunar. Emily comienza a percatarse de quetodo el mundo parece ocultarle algo: su t¡a agonizante, la misteriosaprofesora que la visita justo la £ltima noche que pasar en el colegio y que luego desaparece repentinamente, la fiel criada de su t¡a, cuyo comportamiento resulta de lo m s extra¤o… La existencia de un secreto planea sobre Emily, quien se ver poco a poco envuelta en untorbellino de misterios cada vez m s inquietantes hasta llegar a unarevelaci¢n fatal. Mirabel, secretamente enamorado de Emily, semostrar dispuesto a hacer lo que sea con tal de ayudarla. Pero ‚ltambi‚n encierra un secreto, el m s inquietante de todos…Wilkie Collins naci¢ en Londres en 1824. Primog‚nito del paisajistaWilliam Collins -sobre quien public¢ un libro, Recuerdos de la vida de William Collins, 1848-, curs¢ estudios de Derecho, profesi¢n que casi no ejerci¢ y que altern¢ con la de actor y prol¡fico escritor. A los26 a¤os public¢ su primera novela, Antonina o la ca¡da de Roma (1850), escrita bajo la impresi¢n que le produjo la lectura de la c‚lebrenovela de Bulver-Lytton, Los £ltimos d¡as de Pompeya. En 1860 publicaLa dama de blanco, novela realmente excepcional que introduceimportantes cambios en la estructura del relato, el m s significativode los cuales es la pluralidad del punto de vista -m s tarde adoptadoy desarrollado por Henry James—, t‚cnica que alcanza su madurez en Lapiedra lunar (1868), tal vez su obra maestra y una de las m srelevantes del siglo XIX. Otras novelas de relieve son Armandale,Doble enga¤o, El secreto de Sarah y Sin nombre. Maestro del relatobreve, en su obra destacan, entre otros, El hotel encantado, La manomuerta y La dama de Glenwith Grange. Amigo ¡ntimo de Dickens, conquien colabor¢ asiduamente, Collins muri¢ en Londres en 1889.