Nunca había creído en los ligues de una noche. Ni siquiera estaba muyseguro de lo del amor a primera vista. Pero ninguno de los dos habíabebido, así que no cabía atribuir al alcohol lo que estaba pasando.Bibiana era una turbulencia. Exudaba ternura, amor, fuerza. Sinembargo, tenía un secreto que lo iba a cambiar todo.