A sus setenta y cuatro años, Manuel Vilanova, nacido en Ourense en1944, escribe un libro de setenta y cuatro poemas. Un libro que es una recapitulación existencial y, por tanto, un ajuste de cuentas con lovivido. Se trata de dar un vistazo al relato del camino, generalmentellamado autobiografía. Pero no olvidemos que estamos ante uno de losmás grandes poetas que haya dado nuestro país en su milenio, yasobrado, de existencia y que, por lo tanto, esta codificación delmundo, representado y percibido por los sentidos, del autor no seproducirá de manera común. Más bien, modificado por la originalidad de su peculiar voz. [?]
Estamos ante la serie de poemas «breves» más extensa de cuantas hayaescrito el poeta. Setenta y cuatro poemas que rara vez ultrapasan lapágina y que son fruto de la contención, del comedimiento. Si en elconjunto de los libros anteriores del autor nos encontramos a menudocon algo que podríamos denominar la épica del yo, en la que una vozsurreal en un tiempo de eternidad y en un espacio de fusión diegéticanos presentan un mundo como un magma, un caos, ahora asistimos a laposición contraria, una voz personal que asegura ser la voz del poetaManuel Vilanova se sitúa en un tiempo, la infancia, y en un lugar,Ourense, para revelarnos el mundo como un cosmos, como la organización perfecta de la felicidad.