Las haza¤as de los hombres ilustres (ya sean caudillos, artistas oexploradores) nunca han dejado de cautivar nuestra sedientaimaginaci¢n. No por ello, sin embargo, merecen menos luz las aventuras o desventuras de individuos algo m s oscuros y cuanto en ellaspodemos aprender sobre las curiosas propiedades de la condici¢nhumana. Robert Aldrich compone aqu¡ una fascinante galer¡a de retratos con hombres y mujeres de conspicua o velada homosexualidad paramostrarnos as¡ la extraordinaria variedad de la gaya vida (y de lavida sin adjetivos) a lo largo de la historia. Unos ochenta personajes procedentes de los cinco continentes y las aceras vitales m sdispares alzan la voz en este singular ejercicio de taxonom¡aamatoria.