¿Un libro más sobre la Pasión de Nuestro Señor? ¿Hay algo que añadir a lo dicho en tantas obras escritas a lo largo de veinte siglos deespiritualidad? La agonía de Cristo de Ernesto Juliá no es propiamente un libro sobre la Pasión. No nos habla de los latigazos que recibióNuestro Señor, ni de las blasfemias de los soldados, tampoco de losinsultos, ni de la coronación de espinas. Al autor no le hace faltallegar hasta esos momentos del sufrimiento físico de Cristo para sercapaz de hacernos ver todo el amor del Hijo de Dios por los hombres.Hay muchos otros escritos sobre Getsemaní que sitúan al lector antelos padecimientos físicos de Cristo, con profusión de detalles y desentimientos. Con este libro, sin embargo se nos introduce en elsufrimiento moral de Cristo. Se detiene en el momento anterior a laPasión que tantas veces obviamos y, que sin embargo, es la puerta porla que entrar para poder entender todos los acontecimientosposteriores.Padre del Cielo, el temor más profundo que pudo padecer, el Sí rotundo a la salvación de todos los hombres, la aversión al pecado de los que le condenaron entonces y los que le seguimos condenando cada día.
Siguiendo el consejo de Benedicto XVI hay que profundizar en estemisterio del miedo de Cristo, como han hecho todos los grandes de lafe que nos preceden. En este caso el autor se atreve a interrogar aDios Padre, Hijo y Espíritu Santo para poder entender el sentidoprofundo de ese dolor de amor. Se trata de una obra breve pero muyintensa, audaz, una obra fruto de la oración. Una lectura propia deltiempo litúrgico en el que nos encontramos.Si queremos recorrer el itinerario espiritual de Jesucristo no podemos saltarnos ninguno de los pasos que Él quiso dar, cada momento tienesentido, no hay nada superficial en la vida del Redentor. La agoníaante el cáliz que había de beber, el abandono de los apóstoles, elbeso de Judas, cada detalle está empapado de todo el amor de un Dioshecho Hombre. En cada detalle de esas horas transcurridas en el Huerto de los Olivos estamos también cada uno de nosotros, el dolor pornuestra miseria y el consuelo de nuestra santidad. El reconocernos nos puede servir para lograr el propósito del autor con este texto: "laesperanza de que, abrirnos al misterio de amor de Cristo dará anuestra alma la luz, y el anhelo de convertirnos a Él, y la fuerzapara seguirle cuando oigamos de sus labios: "¡Levantaos, vámonos!"