AA.VV
Toda antología se resigna, por su propia esencia, a ser injusta,puesto que supone una elección subjetiva y habitualmenterequiere descartes. Los ocho poetas de Las aguas tranquilas noconstituyen un cenáculo literario ni comparten un mismo registropoético. Esta no pretende ser una antología panorámica nigeneracional; responde, con mayor o menor acierto, a las preferenciaspersonales del antólogo. Nacidos entre principios de los sesenta yfinales de los setenta, los ocho son, por encima de todo, auténticospoetas, de calidad indudable. Apenas han sido traducidos al castellano (o no con la debida difusión), y el propósito es que se descubran aun público lector más amplio. Que estas páginas sean un pórtico a lapoesía que se está haciendo en el País Vasco en euskera, a algunos desus representantes más destacados, a lo que la diferencia y la haceexcepcionalmente genuina.