Maestro en combinar elementos del género negro y la tragedia clásica,con una especial habilidad para crear suspense mediante una serie dedetalles en principio intrascendentes, Philippe Claudel ?autor de lasaclamadas Almas grises y El informe de Brodeck? regresa con unahistoria plena de connotaciones filosóficas. En esta ocasión, un hecho extraordinario sacude la monótona existencia de una pequeñacomunidad, obligándola a poner de manifiesto su auténtico carácter, su egoísmo y estrechez de miras.El archipiélago del Perro dista mucho de ser un lugar paradisíaco.Situado en el Mediterráneo menos turístico, a unas decenas de millasde la costa africana, es un enclave aislado del mundo donde loshabitantes entierran a sus muertos de pie por falta de espacio. Unatierra dura, famosa por sus fuentes de agua caliente y sus paisajes, y dominada por el Brau, un volcán que lleva milenios vomitando lava yescorias fértiles. La pesca y la agricultura son la forma desubsistencia de sus moradores, que sueñan con hacerse ricos con laprobable construcción de un complejo termal financiado por unconsorcio internacional. Sin embargo, un lunes de septiembre, el mararroja a la orilla los cadáveres de tres jóvenes negros, un suceso que desencadena un agrio debate entre las personas con mando y poder enla isla, que discuten acaloradamente si dar una sepultura digna a loscuerpos u ocultarlos para evitar el escándalo. Una porfía que iráenconándose hasta romper el sosiego colectivo y transformar a estapacífica gente en una turbamulta descontrolada capaz de provocar supropia aniquilación.Con un ritmo narrativo raudo y sostenido al servicio de una parábolasobre la crisis migratoria, Claudel ha escrito una novela audaz yprovocadora que nos arranca de nuestra molicie y nos invita arebelarnos ante la ignominia colectiva.