Del autor de Pero hermoso, unmagnífico libro de viajes sobre los lugares que visitamos y el poderde la memoria. Un precioso homenaje al arte y a la literatura. Geoff Dyer, viajero incomparable, en esta ocasión nos invita aacompañarle en un paseo único por diez lugares fascinantes delplaneta, un recorrido en el que seremos testigos de sus experienciasen localizaciones muy dispares. En su exploración creativa de losespacios, pero también del tiempo y la memoria, el autor busca darrespuesta, ante todo, a una pregunta: por qué viajamos.Y mientras le seguimos en esta búsqueda, visitamos la CiudadProhibida de Pekín de la mano de una sospechosa guía turística por laque el autor sentirá debilidad, nos adentramos en el Campode relámpagos de Nuevo México, perseguimos el fantasma de Gauguinpor la Polinesia francesa, localizamos el paradero de la casa en LosÁngeles de un célebre filósofo o sufrimos por las posiblesconsecuencias de haber recogido a un autoestopista en el desierto deArenas Blancas. En este libro Dyer hace acopio de su habitualhumor y perspicacia, y nos cautiva una vez más con su estiloinconfundible y enérgico, para ir más allá de la mera crónica deviajes. Mezcla de memorias, ensayo, crítica y ficción, este libroes a la vez un hermoso homenaje al mundo del arte y de la literaturay, en definitiva, una reflexión sobre las grandes cuestiones: de dónde venimos, quiénes somos, adónde vamos. Reseñas:
«Dyer es una máquina de mirar, y así sus ficciones y no ficciones soninstrucciones para ver más y mejor.»
Rodrigo Fresán, ABC «Leer a Dyer es parecido al entusiasmo súbito y al optimismo quesientes cuando acabas de hacer un nuevo amigo, alguien tan bobo comotú pero a la vez más inteligente, en cuya compañía sabes que viajarása través de la vida de una forma más errante, intensa yalegre.»
The Daily Telegraph «Si el propioChéjov hubiera leído este libro, al llegar al capítulo de ArenasBlancas incluso él se hubiera estremecido por una fraternalenvidia.»
Jan Morris, The Spectator «De unaelocuencia incomparable [...] la acción real se encuentra en la vívida relación entre la mente deDyer y el mundo exterior [...] una parteesencial de viajar es la sensación inevitable de que, sea donde seaque te hayas metido, no se parece a lo que esperabas que sería, delmismo modo que uno nunca es, al menos completamente, el viajero queuno creía ser.»
Lev Grossman, Time «A la mirada deDyer no se le escapa nada, y su cerebro emite descargas tan brillantes como el Campo de relámpagos en una noche de tormenta.»
PeterConrad, The Observer