La tercera entrega de las «Crónicas Vampíricas» nos aproxima denuevo al abismal mundo de Lestat, esta vez con su amante: la Reina delos Condenados. Lestat, convertido en una famosa estrelladel rock, despierta con su música a Akasha, la Reina de losCondenados. La que una vez fuera la reina del Nilo, toma a Lestat como amante y mano derecha, y vuelca todas sus fuerzas en la destrucciónde vampiros y varones con el fin de que las hembras creen un nuevoorden. Pese a las súplicas de Lestat, los deseos de la Reina son irrefrenables, y será necesario un sacrificio para acabar con sus ansias de destrucción. «Yo soy el vampiroLestat, ¿me recordáis? El vampiro que llegó a ser una superestrelladel rock, el que escribió su autobiografía. El de pelo rubio y ojosgrises, el de insaciables deseos de hacerse visible y famoso. Merecordáis. Quise ser un símbolo del mal en un siglo iluminado donde el mal (en el sentido estricto de la palabra) que soy yo no tiene lugar. Me imaginé incluso que, de esta forma, haría algún bien: jugando aser el diablo en el escenario. La última vez que hablamos acababa deempezar algo con buen pie...»