Una prolongada estancia en el monasterio de Veruela necesariamente sedeb¡a traducir en una amplia producci¢n art¡stica —pl stica yliteraria— de los dos hermanos B‚cquer. Las pinturas y textos deValeriano y Gustavo Adolfo B‚cquer componen un notable «corpus» que ha hecho del monasterio de Veruela uno de los espacio becquerianos porexcelencia. Las cartas que componen «Desde mi celda» testimonian eldecisivo papel desempe¤ado por ese entorno cisterciense en el paso ala madurez personal de Gustavo Adolfo. Son cartas que implican undoble viaje: f¡sico y simb¢lico, con su ida y su vuelta. El primero le llev¢ de Madrid a Veruela donde vivir¡a la experiencia l¡mite de lacercan¡a de la muerte, recuperando despu‚s la salud y regresando a laCorte. El segundo le condujo desde los sue¤os de triunfo y de gloriahasta el deseo de aniquilaci¢n total, para recuperar despu‚s un tonode moderada conformidad con las limitaciones de la existencia.