Después del éxito arrollador de El día que se perdió lacordura, con más de 100.000 ejemplares vendidos y una gran acogida internacional, Javier Castillo regresa con una nueva novela queexplora los límites del amor. «A veces el amor te poneen el camino equivocado para que sepas cuánto duele». A las doce de la mañana del 14 de diciembre, una joven llena demagulladuras se presenta desnuda en las instalaciones del FBI de Nueva York con varias notas amarillentas en la mano. El inspector Bowring,jefe de la Unidad de Criminología, intentará descubrir qué oculta lajoven y su conexión con otro caso, el de una mujer que aparecedecapitada horas más tarde y cuyo nombre coincide con el que estabaescrito en una de las notas. A medida que avance en la investigaciónse dará cuenta de que este caso abre antiguas heridas difíciles decicatrizar. Después del éxito arrollador de El día que se perdió la cordura, con más de 100.000 ejemplaresvendidos y una gran acogida internacional, Javier Castillo regresa con una nueva novela que explora los límites del amor. Adictiva,trepidante y absorbente, El día que se perdió elamor es una inyección de adrenalina, una experiencia únicade lectura, un thriller diferente y adictivo que da continuidad alfenómeno editorial del año. En los blogs...
«El día que se perdió el amor es una inyección de adrenalina, unaexperiencia única de lectura, un thriller diferente que dacontinuidad al fenómeno editorial del año.»
BlogPaperblog «Con la prevalencia del diálogo sobre lanarración, varios hilos argumentales y temporales, personajes bienperfilados, mucha acción y mucha intriga, El día que se perdió elamor es una digna continuación a la anterior novela del autormalagueño.»
Blog Lecturápolis «Si con El día queperdió la cordura me cautivó, con El día que se perdió elamor ha conseguido afianzar este sentimiento.»
Blog Cargadacon libros «El día que se perdió el amor es una muydigna continuación de una bilogía de infarto, llena de sufrimiento,amor y dolor a partes iguales. Es un thriller que no dejaráindiferente a nadie.»
Blog Libros y prejuicios