Hablando de Don Juan dec¡a Wenceslao Fern ndez Fl¢rez que Zorrilla«o¡a latir bajo su justillo de terciopelo el coraz¢n de Espa¤a: elcoraz¢n del romanticismo nacional, su propio coraz¢n». Tambi‚n laestructura de la obra refleja perfectamente el ideal rom ntico: elmisterio de los personajes, las m scaras, la conquista, la huida, eltenebrismo de la segunda parte, los di logos amorosos, elenfrentamiento a Dios y la salvaci¢n por el amor. Todo coincide ense¤alar a esta obra como uno de los hitos que marca con mayorprecisi¢n el valor de lo sorprendente y de lo emocional como supremaforma del conocimiento del mundo. El lector, todav¡a hoy, tiembla,vibra, se aleja de cualquier racionalismo para sumergirse de pleno enel mundo de la pasi¢n m s desbordante. Jos‚ Zorrilla (1817-1893) supodotar a la figura del Don Juan de una visi¢n personal y propia que loencumbra por encima de la mayor¡a de los autores que han tocado estemito tan atractivo y sugerente. El pr¢logo de Francisco Nieva y laedici¢n de Juan Francisco Pe¤a ofrecen una perspectiva actual delectura.