A lo largo de unos setecientos a¤os, las gentes que viv¡an dentro delas fronteras del Imperio Romano disfrutaron de los m s variadosespect culos de masas que la mente humana ha sido capaz de imaginar:obras de teatro, cacer¡as de animales salvajes, competicionesatl‚ticas, combates de boxeo o lucha, carreras de cu drigas en elcirco... Sin embargo, los eventos que levantaron m s pasiones y hanpervivido de modo m s general en el imaginario com£n han sido lascruentas luchas de gladiadores que tuvieron lugar en las arenas de los anfiteatros. El t‚rmino gladiador proviene de gladius, espada enlat¡n. As¡ que el conocido espect culo y sus m£ltiples variantes,consist¡a en parejas de hombres luchando con espadas, escudos, redes y tridentes en la arena hasta derrotar o matar al adversario. Unaactividad que satisfac¡a la curiosidad de los ciudadanos que no hab¡an participado en las batallas y que seg£n algunos fortalec¡a suesp¡ritu. Este mundo siempre ha fascinado y ha llenado el imaginariocolectivo pero a menudo solo se recuerdan detalles poco ver¡dicos oacordes con la historia. As¡ por ejemplo no est demostrado que elemperador subiera o bajara el pulgar para sentenciar o perdonar a loscombatientes que hab¡an sido vencidos ni que estos lo saludaran con la f¢rmula «Ave Caesar! Morituri te salutant!» (Ave C‚sar! Los que van a morir te saludan!) aunque como veremos, ambos detalles tienen parte de verdad.La historia de los gladiadores es un testimonio de la grandeza y de la crueldad de un imperio y sus gobernantes que ten¡an que entretenercon «pan y circo» a las m s de 150.000 personas sin ocupaci¢n queviv¡an en Roma durante los decenios que la ciudad estuvo habitada porcasi un mill¢n de personas.