Puede decirse sin temor que Historia del ojo es la obra maestra de laliteratura er¢tica. En ella confluyen, por un lado, la mejor prosa enclave surrealista de este gran novelista, ensayista y poeta franc‚s y, por otro, la esencia de su obsesiva preocupaci¢n por el sexo, lamuerte y la fe -su fe- que configura, en realidad, gran parte de suobra. Partiendo de un proceso creativo muy querido de lossurrealistas, relaciona, en una trama anecd¢tica de hecho muy simple,las im genes que de un modo inconsciente y autom tico evocan el ojo,el huevo, el sol, los genitales del toro, con toda su carga deconnotaciones at vicas, y nos las «revela» en su contenido er¢tico m s revulsivo. El personaje de la joven Simone, que transgrede en todossus actos cualquier norma de comportamiento sexual admitido, moral yconscientemente, es la encarnaci¢n, por una parte, del Deseoinconsciente y, por otra, del Pecado, de lo Prohibido y por ende delPlacer, que a su vez, por ser fruto del mal, no es m s que portadordel m ximo castigo : la muerte. As¡ pues, el goce en su plenitud sabesiempre a muerte? Es una satisfacci¢n para nosotros acompa¤ar laedici¢n espa¤ola de esta peque¤a gran obra de Bataille con un extensoy revelador ensayo de Mario Vargas Llosa, titulado El placer glacial,y de las espl‚ndidas y revulsivas ilustraciones que Hans Bellmer, unode las m s destacados artistas pl sticos del movimiento surrealista,realiz¢ en 1944 para un lujosa edici¢n reducida de Historia del ojo.