Jos‚ Luis Munuera, un dibujante de ‚xito internacional que ya hab¡amostrado su genialidad en prestigiosas series como Spirou a lo largode cuatro lbumes, y Enrique Bonet, un contrastado guionista eilustrador que trabaja tanto en el mbito nacional como para elextranjero, han unido esfuerzos creativos impulsados por una amistadcompartida de muchos a¤os para convertir El juego de la luna en unrelato fant stico, negro y fascinante, una obra tierna ycrepuscular.En 136 p ginas divididas en dos actos, El juego de la luna despliegalos encantos conjugados de un mundo on¡rico, del relato inici tico yde la aventura, que toman cuerpo en Aldea, un pueblo impregnado deleyendas y supersticiones. El blanco y negro trabajado a la aguada,salpicada de sugerentes tonos rojos a lo largo de parte de susp ginas, sirve de maravilla a este relato intemporal, que se muevetambi‚n en un ambiente brumoso propio a las enso¤aciones, pero tambi‚n a los peligros...Y es que Aldea es un espacio inventado, un lugar inexistente en el que el tiempo parece haberse detenido. Un mundo perdido y casiinexpugnable, anclado en su propia historia, ajeno al progreso y a los avances tecnol¢gicos, que no ha abandonado los modos de vida de lasociedad rural tradicional. Un mundo premoderno, en el que elpensamiento racionalista no ha llegado a asentarse y en el que lamagia, la leyenda y la tradici¢n explican el mundo tanto como elsufrimiento diario y la lucha por la supervivencia.La gestaci¢n de El juego de la luna hab¡a comenzado 13 a¤os antes enlas habituales charlas de bares y cafeter¡as, que acabaron tomandoforma en un tebeo de 24 p ginas que Enrique Bonet realiz¢ y autoedit¢en 1995, con una tirada muy peque¤a repartida entre amigos, editores y aficionados que se lo pidieron. Uno de esos amigos era Jos‚ LuisMunuera.