La casa de Bernarda Alba fue la última obra de teatro de Lorca, quien no llegaría a verla representada.
Protagonizada por personas corrientes que salen del pueblo, negando la heroicidad, representa el dolor cotidiano y familiar hasta sus últimas consecuencias. Los personajes y el espacio encadenan con suprema maestría a una pasión estéril -el amor no conseguido-, cuya liberación sacrificial es la muerte. La casa de Bernarda Alba es, pues, una tragedia en la que
tiranía de unas normas sociales opresoras, encarnadas en Bernarda, sofoca de forma implacable.