[...] cualquiera que haya de ser la £ltima etapa de la historia,ning£n hombre cuerdo duda ya de que estamos presenciando las primeras. Ya no hay diferencia de tono ni de clase entre el orden colectivistay el orden comercial ordinario; el comercio tiene su burocracia y elcomunismo su organizaci¢n. Las cosas privadas ya son p£blicas en elpeor sentido de la palabra, es decir, son impersonales ydeshumanizadas. Y las cosas p£blicas ya son privadas en el peorsentido de la palabra; esto es, son misteriosas y secretas, y est nmuy corrompidas. El nuevo tipo de Gobierno comercial combinar todo lo malo con todos los planes para un mundo mejor. No habr excentricidad, ni buen humor, ni noble desd‚n del mundo. No habr nada, salvo una cosa abominable llamada «servicio social», quesignifica esclavitud sin lealtad. Este servicio ser uno de losideales. Olvid‚ mencionar que habr ideales. Los hombres m s ricos del movimiento han manifestado muy claramente que poseen cierto n£mero de estos peque¤os consuelos. La gente siempre tiene ideales cuando ya no puede tener ideas.Los l¡mites de la cordura muestra la afinada intuici¢n de Chestertonsobre las relaciones entre la propiedad y la libertad social.Chesterton reflexiona con su perspicacia habitual sobre el sistemasocial, pol¡tico y econ¢mico. Ninguno puede presentarse conlegitimidad sin poner en primer plano, como principio y fundamento detodo, la dignidad de la persona.