Con La Luna de Aguamarga, Manuel Ortiz Requena regresa a un espaciogeogr fico trascendente en su curr¡culo existencial y que ya traslad¢exitosamente a la literatura en El Tesoro de Rodalquilar. Esta vez,nos devuelve a su Arcadia feliz con una serie de relatos puestos enboca de varios veraneantes habituales de este puebl o, Aguamarga, unapedan¡a del norte de N¡jar de la que es originaria su madre y a la que regresa todos los a¤os. A la luz de la luna de su serena playa, lasfamilias se re£nen por las noches a la fresca en torno a una fogata yalg£n gape, como se hac¡a en el siglo pasado, y aprovechan paracontar historias. En los cinco relatos que conforman esta delicadanovela todos relacionados con la historia local, elferrocarril, la guerra civil, los recuerdos de familia, el amor humano y el amor a la mar son otros tantos protagonistas que invitan allector, con ese tono familiar tan del gusto del autor, a adentrarse en un mundo rico en ensue¤os donde se integran en ¡ntima simbiosis elser humano y la naturaleza