Mallorca, en el corazón del Mediterráneo occidental, atesora grandiversidad de paisajes. En el relieve accidentado de la Serra deTramuntana se alzan cumbres que amanecen nevadas en invierno. El granllano interior permanece sembrado de pueblos que, desde pequeñaselevaciones, custodian orgullosos sus tradiciones y gastromía.Humedales, fondos marinos y espacios protegidos configuran valiososecosistemas esparcidos por todo el territorio. Y el largo contorno dela isla está recorrido por playas de reminiscencias paradisicas ycalas encajadas entre acantilados, siempre bañadas por aguas de colorturquesa y esmeralda.