Cuando la nueva institutriz llegó a la hermosa mansión de Bly parahacerse cargo de los pequeños Miles y Flora, creyó haber traspasado el umbral del mundo de los cuentos de hadas. Pero, poco a poco, la joven comprendió que el viejo caserón y sus dulces e inocentes habitantesguardaban demasiados secretos como para poder confiar en su plácidaapariencia. En este relato, Henry James conduce al lector a través deoscuros indicios e inconfesables miedos para acabar situándole frenteal lado más siniestro de la condición humana.