Sal¡ corriendo de repente. S¢lo me dio tiempo a o¡r a mi madre, quedec¡a Pero ¿qu‚ hace ese idiota? No quer¡a estar con ellos, me negabaa compartir con ellos ese momento. Yo estaba ya lejos, hab¡a dejado de pertenecer a su mundo, la carta lo dec¡a. Sal¡ al campo y estuveandando gran parte de la noche: el ambiente fresco del norte, loscaminos de tierra, el olor de la colza, muy intenso en esa ‚poca dela¤o. Dediqu‚ toda la noche a elaborar mi nueva vida, lejos de all¡.«La verdad es que la rebeli¢n contra mis padres, contra la pobreza,contra mi clase social, su racismo, su violencia, sus atavismos, fuealgo secundario. Porque, antes de que me alzara contra el mundo de miinfancia, el mundo de mi infancia se hab¡a alzado contra m¡. Para mifamilia y los dem s, me hab¡a convertido en una fuente de vergenza,incluso de repulsi¢n. No tuve otra opci¢n que la huida. Este libro esun intento de comprenderla.» Edouard Louis