Paradoxia narra la historia de una adolescente prostituta, drogadicta, ninf¢mana y sadomasoquista que, escapando de los abusos sexualespaternos, acaba mintiendo y follando por los agujeros que eranManhattan y Los Angeles a principios de los a¤os 80, con la "filosof¡a nihilista cl sica" como £nico dogma.A menudo se compara la escritura de Lydia Lunch con la de Hubert Selby Jr. y Jean Genet. Al leer Paradoxia, se observa tambi‚n ciertoparecido con Dostoevsky en la desgarrada protagonista. Las escenas desexo, repugnantes, recuerdan a Bukowski e incluso a veces al Marqu‚sde Sade. Se la ha comparado con muchos escritores o rockerosiconoclastas, incluso con asesinos. Pero lo m s alucinante es quenunca se la ha comparado con otras mujeres.En el libro de Krafft-Ebing Psychopathia Sexualis, una de las cuatrocategor¡as de la desviaci¢n sexual es la paradoxia, es decir, el deseo sexual que se produce en una etapa err¢nea de la vida, como en lainfancia o la vejez. El t¡tulo del libro de Lunch, que hace referencia a la historia de una ni¤a a la que violaron, convirti‚ndola as¡ enuna depredadora, es por tanto atrevido y descorazonador. Krafft-Ebingcre¡a que las mujeres eran sexualmente pasivas y carec¡an de lacapacidad de ser s dicas o fetichistas. En ese sentido, cada escena de Paradoxia act£a en contra del reto que plantea su autora, puesmuestra una y otra vez los nimios papeles a los que son confinadas las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Lydia Lunch, o suprotagonista, no puede follar como un hombre a causa de unadesigualdad brutal: no debido a la diferencia de partes corporales,sino por el modo en que las cosas est n dispuestas.La protagonista de Lunch no puede follar como un hombre, pero s¡escribir como tal. Ella pertenece tanto al grupo de Blanchot, Bataille y Foucault como al de Selby o Genet. Debido a que es obra de unamujer, una escritura de este tipo, de una verdad brutal y sin mediastintas, resulta todo un acto de desaf¡o. No se trata s¢lo de unregistro del panorama psicosexual reinante entre los componentes de la No Wave, sino de un documento que plantea preguntas importantes sobre el g‚nero, el sexo y el abuso. Es cierto que Lunch no se molesta encambiar los nombres de los personajes (probablemente tambi‚n semantenga fiel a los detalles), pero no es tanto una autobiograf¡a como un tratado filos¢fico. Paradoxia tiene un lugar en la literatura dela depravaci¢n.(Extra¡do de Bookslut)