En nuestra teolog¡a y espiritualidad, hay muchos elementos que hablana favor de la necesidad de complementar, enriquecer o restauraralgunos s¡mbolos del cristianismo, por ejemplo, destacando m s lacruz, como rbol de vida, de acuerdo con la antigua pr cticamedieval. Recordemos el aforismo "sangre de m rtires, semilla decristianos". Sucedi¢ con el gran m rtir del Calvario, Jes£s, yseguir sucediendo con los m rtires de todos los tiempos y de todoslos Calvarios. Tambi‚n con los innumerables (m s que nunca en lahistoria) de nuestros siglos XX y XXI.