Luke Harrison tiene su propio museo de monstruos en casa, porque supadre dirige películas de terror. Hasta ahora, a Luke le parecía queestar rodeado de objetos terroríficos era genial, incluso divertido.Pero cuando dos muñecos de ventrílocuo se unen a la colección, lascosas empiezan a ponerse feas. ¡Muy feas! Slappy y Snappy puedenhablar y andar por sí solos. Y también son capaces de hacerte gritarsin ayuda de nadie. encima, por si fuera poco, tienen un plan malignoentre manos... ¿Será Luke capaz de detener a este perverso par depeligrosos peleles?