Un buen d¡a, Potosn guel conoci¢ a una lagartija que hablaba ycompon¡a m£sica. Despu‚s, entabl¢ amistad con un rat¢n que recog¡a las quejas de las personas y las met¡a en un saco. Tal vez est‚s pensando que un ni¤o no puede hablar o jugar con los animales, ni nada por elestilo. Pues bien, ¿por qu‚ no lo compruebas? Seguro que, con un pocode voluntad, t£ tambi‚n podr¡as ser como Potosn guel.Dispone de Juego de Lectura (n.§ 137), de la colecci¢n Lectura Eficaz.