La represión en la España dominada por los nacionales fue brutal desde el primer momento. Granada no escapó a esta oleada de accionescriminales. Los mismos documentos que se derivaron de losprocedimientos instruidos por los sediciosos nos informan de manerainvoluntaria de los desmanes promovidos por la justicia militar de laépoca. La mayoría de las causas no encontradas corresponden a losfusilados indiscriminadamente, que comenzaron en los primeros días deese nefasto julio del 36. El rector Salvador Vila, abogados,catedráticos, políticos, el alcalde Montesinos (cuñado de Lorca), y el mismo Federico, que según un juez togado que en los años ochenta pudo ver las diligencias que le instruyeron, seguramente por el tenientecoronel Velasco Simarro, no gozaron de juicio alguno. Aún sigobuscando esas diligencias.Pero hay historias que conmueven. Tuvieronque esperar dos meses y veintidós días, con informes médicos dandocuenta del estado de Carmen, para fusilarla; ese era el tiempo quehabía pasado desde que había dado a luz, arrancándole la niña de losbrazos de su madre para llevar a ésta al paredón. Desapariciones enmedio de una causa, por muerte repentina del encausado. Las demáshistorias y condenados, unas se cuentan, otras se relacionan y delresto se seguirá su investigación.Sabotajes en El Fargue, muertes dealcaldes, gobernador, presidente de la diputación, secretarios,sindicalistas, concejales, militares republicanos, asaltos a casas,confiscaciones, deserciones, jueces instructores, consejos de guerra,? de todo se habla en el presente libro. Además de unas extensas tablas de procesados, fusilados, documentos, gráficas y fotos encontradas en las propias causas, completan estos volúmenes.