La visita al edificio Torres Blancas parecería obligada en un paseoarquitectónico por la ciudad de Madrid. Lo es también si pensamos enun recorrido conceptual por la arquitectura española surgida tras elMovimiento Moderno. La aspiración de la década que transcurre desde1960 a 1970, resumida en esta torre como ciudad-jardín vertical, seenfrenta en parte a una doble dificultad, acceso a escritos recientessobre el edificio y a la contradicción de encontrar problemas a lahora de visitar las viviendas, lo privado, en esta ciudad-vertical.El nombre de Torres Blancas incluye dentro de sí la condición depluralidad, entre otras muchas, en su complejidad. Desarrollaremos eneste libro, las vicisitudes que encuentra el joven arquitecto navarroSáenz de Oíza (1918-2000) para construir lo que pudieron ser casi tres torres en sus inicios, dos en un desarrollo posterior y una en suconstrucción final. Pero la verdadera condición plural laencontraremos en el entendimiento de la torre, Torres Blancas, comolabor de construcción de una época y en este sentido un trabajoplural.