Una novela fr¡a como el acero, despiadada como el cruel asesinoque la habita. Varios cad veres de homosexuales aparecenbrutalmente asesinados en el Berl¡n Este de finales de la Guerra Fr¡a. Las autoridades no le prestan la atenci¢n que merece hasta que unalto cargo de la Stasi que maneja informaci¢n muy sensible para elEstado aparece muerto en las mismas circunstancias. Por suexperiencia en el comportamiento de la mente criminal, encargan lainvestigaci¢n a Viktor Lavrov, que, junto al inspector apartado de laKriminalpolizei, Otto Bauer, buscar la manera de sumergirse en unmundo prohibido tras los pasos de un despiadado asesino mesi nico. C‚sar P‚rez Gellida regresa para descolocarnos con un trepidantethriller negro magistralmente ambientado en una ‚poca no tan lejanapero s¡ muy distante en el mbito de los derechos y las libertades.Otra nueva joya del que es para muchos el mejor escritor patrio denovela negra. ®Hab¡a invertido algo menos de media hora enconseguir que se le llenaran de sangre los cuerpos cavernosos y ochosegundos en dejarlo incosciente. Antes, eso s¡, se hab¡a asegurado desalir por separado de aquel antro y de que nadie se cruzara con ‚lentrando en su portal, lo cual, en los tiempos que corr¡an en laRep£blica Democr tica Alemana -donde expresar con libertad lacondici¢n sexual de cada uno segu¡a siendo una quimera para loscolectivos de gais y lesbianas-, m s que una actitud comprensible eraun comportamiento recomendable. Una vez dentro, hab¡an ido directos al grano sin pasar por los inc¢modos y repugnantes preliminares,circunstancia que le agradec¡a de veras, aunque, a la vista de loshechos que acontecieron inmediatamente despu‚s, no podr¡a decirse quelo hubiera tenido en consideraci¢n. Repitiendo la f¢rmula de lasocasiones precedentes, hab¡a tomado la iniciativa de manerainesperada, coloc ndose a su espalda con la excusa de desvestirlo.Sacando el m ximo partido a esa ventajosa posici¢n, le hab¡a rodeadoel cuello con el antebrazo y aplicado presi¢n a las arterias car¢tidas para obstruir el flujo sangu¡neo que irriga el cerebro. Comoesperaba, no tard¢ en perder la conciencia¯.