Tras finalizar la Primera Guerra Mundial y la consiguiente derrota delos imperios centrales tuvieron que abdicar y exilarse por diversospa¡ses de Europa. La prematura muerte de su marido impuso a laemperatriz la obligaci¢n de cuidar y preocuparse del futuro de sushijos de modo personal y con poca ayuda. La profunda formaci¢ncristiana que hab¡a recibido fue su baluarte para sobreponerse a lasdif¡ciles circunstancias.