En el 2013, una mujer observó horrorizada cómo de un sótano ubicado en el centro de Bilbao intentaba huir una mujer ensangrentada que buscaba desesperadamente una salida a la calle. Su llamada a la Ertzaintza destapó los crímenes de Juan Carlos Aguilar Gómez, autoproclamado como el primer monje Shaolin occidental, tres veces campeón del mundo de kung-fu y ocho de España. Sus títulos resultaron ser una ficción, así como su condición de gran Shifu; pese a ello, engañó durante años a alumnos, conocidos y a reputados medios de comunicación.