Mi lucha, de Karl Ove Knausgård, alcanza el Fin, y lo hace llevándonos hasta el principio: Knausgård, enfrentado a un callejón sin salidaliterario y un punto muerto existencial, acaba de volcar susansiedades (y exponer a sus allegados) en La muerte del padre, y sedispone a publicarla. Se hace fotos para el lanzamiento, se preparapara las primeras entrevistas promocionales, da, nervioso, a leer elmanuscrito y recibe respuestas mayormente conformes. Y, de pronto, una bomba anunciada por dos palabras, «Violación verbal», que encabezanel e-mail que a Knausgård le manda su tío Gunnar: un e-mail que loacusa de haber escrito un libro lleno de mentiras bajo el influjoadoctrinador de su madre, y que anuncia medidas legales si este llegaa ver la luz. Una bomba que sacude al autor e impacta contra la líneade flotación de su proyecto, que busca poner la memoria al servicio de la honestidad: Knausgård tendrá que preguntarse si la primera no loestá traicionando, comprometiendo así la segunda, y, en caso negativo, cuáles son los efectos de querer ser honesto a toda costa.
Y, a raíz de ello, el Knausgård más minucioso y exhaustivo, elmás desenvuelto y proteico, capaz de entreverar su hiperrealismodoméstico de variadísimas reflexiones y derivas ensayísticas, iniciaun excurso de una osadía casi desafiante y una inusual capacidadasociativa donde del peso del nombre en la familia y en laconstrucción de la identidad se pasa a su peso en la literatura, y deahí al Holocausto y a Hitler y su Mi lucha, examinando las formas aveces perversas en que puede influir en la realidad la palabra.
Y cuando el excurso termina, de vuelta en casa al otro lado dela palabra, a Knausgård le espera la realidad en toda su crudeza. Finredobla esfuerzos para conseguir un cierre a la altura de Mi lucha,amplificando las propiedades más relevantes del estilo knausgårdiano:su maximalismo, su libertad formal y expresiva, su transparencia, suurgencia sin maquillar, su capacidad para englobar todo lo que bulle y late en una vida. El resultado regresa al terreno de La muerte delpadre y Un hombre enamorado para, potenciando sus logros, entregarpáginas agudas e inmediatas, dolorosas y emocionantes, sobre lafamilia, la paternidad, la pareja, la escritura y el equilibrioinestable que todas ellas mantienen: la encrucijada sobre la queKnausgård ha edificado un monumento literario que ya está, ahora,deslumbrantemente completo.
«Knåusgard ha topado aquí con lagran realidad, el gran misterio, del mundo: [?] el desafortunadointento de un ser biológicamente incompleto de alcanzar una especie de completitud mental o espiritual? Como lectores estamos más cerca deKarl Ove que en cualquier novela o autobiografía normales» (FredricJameson, London Review of Books).
«Irresistible y absorbente. Una interacción cautivadora entre la banalidad y la belleza, laredundancia y lo sublime» (Chris Power, New Statesman).
«Conmovedora y del todo adecuada. Una obra de arte hipnótica ygenuinamente importante, que hace pensar» (Stuart Evers, TheSpectator).
«Quizá la más absorbente de las entregas de estaepopeya, y un logro literario indudablemente impresionante»(Booklist).
«Fascinante» (Alex Clark, The Guardian).