La memoria no atiende al orden cronol¢gico. Avanza, retrocede, seremansa; guarda reposo y, por sorpresa, sin que conozcamos el motivo,se aviva de nuevo, como si la impulsara una s£bita iluminaci¢n. Es enlas mil direcciones en las que se dispara por las que se interna conpasmosa exactitud Mi lucha, el monumental ejercicio de realismoautobiogr fico de Karl Ove Knausgård, guiado por «una especie de o¡doabsoluto de los recuerdos». Y, de todas ellas, La isla de la infancia(el esperado tercer volumen de su novela) arranca situ ndonos en laisla de Tromøya en el verano de 1969, donde un Karl Ove de ocho mesesllega en un carrito empujado por su madre.Desde all¡, desde el centro de los inmensos bosques cargados depromesas y misterios (el escenario predilecto de las exploraciones del peque¤o Karl Ove, descrito con meticuloso detallismo, objeto de unapermanente fascinaci¢n), se despliega un zigzagueante y encendidorecuento de experiencias y descubrimientos. La felicidad de la escuela y el esfuerzo por encontrar encaje en ella; las recompensas yfricciones de la amistad; la excitaci¢n de la vida al aire libre consus travesuras y juegos; el descubrimiento de la cara m s luminosa yla m s amarga del amor; los temores y alegr¡as; la ropa, la lectura,la m£sica, el deporte; la familia, la familia por encima de todo, consus dos figuras antag¢nicas, difuminada una, omnipresente la otra: laserena confortabilidad de la madre frente al terror¡fico autoritarismo paterno, siempre vigilante, dispuesto a examinar y sancionar conviolencia cualquier desliz.He aqu¡ los materiales con los que, cerrando el foco y dise¤ando unavoz que se acerca con la mayor veracidad a la experiencia infantil ysu cosmovisi¢n, se compone la entrega m s din mica, directa, compactay magn‚tica de una empresa literaria imperecedera; un combateinclemente y exitoso, de una sinceridad y crudeza tan descarnadas como inusuales, contra lo m s complejo del recuerdo, la existencia, laidentidad.«Fascinante. Knausgård es un h‚roe que ha alcanzado la grandezarenunciando a cualquier tipo de finta literaria; un emperador cuyadesnudez vale m s que los ropajes m s elegantes y regios. Leo suslibros compulsivamente; no puedo parar. A veces aparecen escritoresque exigen que hagas cola para su pr¢xima entrega» (JonathanLethem).«Knausgård mezcla la autoficci¢n y la reflexi¢n como nadie lo hab¡ahecho antes. Al leerlo, sientes que est s absorbiendo el retratocompleto de una vida» (Jeffrey Eugenides).«Desnudo frontal de cuerpo entero. Y encima lo hace con talento. Esoes ser un artista» (Hanif Kureishi).«Luminoso y profundo» (Hari Kunzru).«Una gran obra literaria, verdaderamente original y llamada aperdurar. Hay pocos proyectos art¡sticos de nuestro tiempo quemerezcan m s atenci¢n» (The New York Times).«Este segmento de una novela inusual, que desaf¡a los g‚neros, dejar a los lectores con hambre del siguiente volumen» (Publishers Weekly).